En nuestra mente antropocéntrica,
hemos recopilado
pequeños fragmentos de conocimiento
que nos guían por senderos de locura y negación.
Vagamos como almas extraviadas
buscando la Esencia hurtada de nuestra existencia.
En nuestra condición humana
nos vemos empequeñecidos y arrastrados
en un infierno de soledad y desesperanza.
Y de este modo nos disponemos a mantener una guerra
contra el sufrimiento en batallas interminables
cuerpo a cuerpo, alma con alma.
Gota a gota el llanto se brinda al manantial de vida
sublimando el dolor en un breve asomo de voluntad,
así, somos guiados hacia un resplandeciente trecho
por el camino de la autenticidad.
Enrique Walbey
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